En Colombia se ve la
paz como el silenciamiento y entrega de los fusiles, la obediencia de las
personas al sistema y el acallamiento del pueblo a las políticas
gubernamentales, educar para la paz
enmarcada dentro de unos fuertes problemas estructurales tanto económicos como
sociales representaría hacerle juego al estado en donde la injusticia social,
causa del actual conflicto armado continuara prolongándose y atropellando al
pueblo colombiano.
Personalmente soy
partidario y considero que las transformaciones sociales también pueden darse
desde lo micro, desde la base social en este caso una población estudiantil en
la cual tendré influencia, diferenciando que estos Derechos Humanos van más
allá del marco legal liberal y burgués, que con su jerarquización pretenden reducir
los Derechos fundamentales cosas tan simples y vanas como la protección a la
vida, en cambio la vivienda digna y la salud, entre otras, son privilegios de
unos pocos que pueden acceder a estos.
La dignificación del
ser humano per se, no se da con la caracterización vacía de ella creyendo que
se tiene solo por existir, al ser humano se dignifica en cuanto se le garantice
su existencia, su existencia con plenos derechos de primera a cuarta generación
para poder crecer sanamente y poder vivir bien, asegurando siempre la calidad
de los derechos, mientras no sea así simplemente serán palabrerías.
No comparto la idea de
concebir a la educación como un servicio público, ya que esta categorización le
quita el sentido obligatorio de su obtención y se crean imaginarios, en donde
el estado regala o da un servicio al pueblo y como todo servicio tiene una
ganancia, como se ha demostrado en la constante privatización a la educación
superior y a la constante perdida de su calidad, lo que no genera lucro no
sirve, es claro, esto tan bien es muestra del decaimiento del estado social de
derecho en el cual vivimos, un estado demagogo
que desde su inicio mostró que no servía, y que simplemente trataría de
amortiguar los golpes que el mismo establecimiento a dado a la sociedad.
Es primordial conocer el desarrollo histórico
y la evolución de los Derechos Humanos, entendiendo como la lucha por estos ha
dado a su reconocimiento a nivel nacional e internacional, y ver cómo después
de grandes masacres y exterminios se conciencia por velar por estos, el
degradante comportamiento “racional” humano y su posicionamiento radical dentro
de la batalla de ideas, depurando a todo aquello que no se le parezca,
erróneamente da pasos hacia atrás, en vez de buscar un desarrollo social que
logre por fin una democratización real del mundo.
El identificar la
importancia de los Derechos Humanos dentro de la educación, puede darse
ayudando a generar una conciencia, analizando la experiencia propia y cotidiana,
el estudiantado, desde sus propias vivencias reconociendo de qué manera se ve
afectado por la violación a estos derechos, puede entender el porqué de la
importancia de convertirse en un defensor de estos y el cómo si viola estos a
otra persona, afecta directamente su dignidad humana, ya que la dignidad humana
también la damos entre quienes nos rodeamos.
Educar para la paz…
Si transformamos una
generación, por primera vez podremos
tener un buen futuro para Colombia.
En nuestra continua
formación para ejercer la docencia, formación que jamás termina, nos
encontraremos con diversos conflictos y violaciones continuas hacia los
Derechos Humanos, ya que socialmente nos construimos rodeados de un entorno
individualista, falocentrico, homófobo, sexista con prejuicios religiosos y con
una fuerte división racializada que afecta en la formación de sujetos y sujetas
libres de prejuicios y con perspectivas amplias y realmente humanas sobre el
mundo.
La educación para la
paz se convierte en una necesidad, aunque no es fácil ya que estamos en medio
de un conflicto social y armado, en una constante persecución política y una
continua desaparición a líderes que van en búsqueda de un cambio, es complejo
ya que la paz, la que yo pienso toca directamente la súper estructura social y
por ende causa polémica y diferencia con los bandos que poseen poder político y
militar.
El aprender dentro de
una estructura educativa trasversal a los Derechos Humanos e interculturalmente
exitosa y efectiva es clave para comprender como el mundo se ha constituido y
cuál es la importancia de su diversidad, dejando a un lado la lectura de la
humanidad como una masa homogénea y unidireccional que está en búsqueda de un
perfecto proceso de civilización occidentalizada y degradada por la democracia
estatista e institucional.
La paz vista y creada
desde la educación como una posición colectiva de garantías a una coexistencia
pacífica entre el mismo pueblo, en un relacionamiento entre iguales, entendiendo importantes diferencias
individuales, y no la educación o la escuela como una forma de amansar al
educando que con falta de conocimientos sigue las tutorías del educador.
El cumplimiento de los
Derechos Humanos es la garantía de la existencia de la vida misma, de forma
digna que garantice las condiciones mínimas para el desarrollo integral de las
personas.
Estos procesos generan
un reconocimiento a la diferencia, al respeto y valoración de la misma que tan
fuertemente ha sido golpeada, facilitándole a este la existencia multicultural
y plurietnica en nuestro territorio.
Muchos de estos
problemas se generan por la continuación de miles de tabúes respecto a la
diferencia y el miedo que se trasmite por lo nuevo a las generaciones
venideras, práctica que debemos eliminar para educar a una nueva Colombia, esto
acompañado por el desconocimiento de los Derechos Humanos y la indiferencia
ante problemas cotidianos que se naturalizan por su carácter, aquellos serán
parte de los retos que enfrentaremos diariamente si enfocamos nuestra búsqueda para
ayudar a ser conciencia sobre los derechos y la paz.
Por una paz con justicia social.