domingo, 22 de marzo de 2020

La situación de las personas LGBT frente al Coronavirus


La situación de las personas LGBT frente al Coronavirus

La situación que enfrenta el mundo en este momento de propagación de la pandemia del Coronavirus, ha hecho más evidente las condiciones de desigualdad social que se encuentran latentes en los diferentes territorios, como siempre las personas y grupos vulnerables son los más expuestos a este caos, siendo quienes menos posibilidades de supervivencia tienen a la hora de vincularse cómodamente a las medidas de seguridad que los diferentes gobiernos (nacionales – locales) adoptan, ya que por un lado el estado económico no permite que con facilidad estas puedan decidir quedarse en sus casas (si es que la tienen), en medio de una cuarentena preventiva y por otro lado, la especulación y aprovechamiento de los mercados y empresas, que llevan a la continua alza de los productos básicos -con el fin de seguirse enriqueciendo- hace menos accesible los mismos para ellos, estos apoyados a su vez por quienes, con la capacidad de compra o endeudamiento arrasan con  los stand de los supermercados en un par de días.

En el caso de América Latina y en especial de Colombia, este fenómeno contribuye a la marginación de los grupos que de por sí son olvidados por el Estado y la sociedad, ya que, aunque es visible el mal rato que pasarán las personas que viven del diario, las que se encuentran en condiciones deplorables de salubridad o las que no cuentan con una infraestructura que los proteja, no podrán “gozar” con las políticas sociales que se lanzaron para su cuidado, ya que el nivel de pobreza, informalidad y corrupción en estos territorios desborda el alcance de las medidas preventivas, debido a que los recursos destinados para su uso no serán suficientes para poder cobijarlos a todos, aun con las mejores intenciones que puedan tener gobernadores o alcaldes.

Esta crisis ha demostrado el fracaso del modelo neoliberal, el cual tiene como bandera la privatización de los derechos y la búsqueda de la conversión de los mismos en servicios, es así como en los países en donde este modelo está más arraigado la pandemia ha golpeado con mayor fuerza, ya que este derecho – servicio esta es en manos de privados, lo que hace más costoso poder acceder a los mismos para quienes no tienen las posibilidades de cubrirlos en igualdad de condiciones, y por ello deben acudir a los desfinanciados y paupérrimos servicios “gratuitos” que se disponen para ellos.

Estas condiciones no excluyen a las personas de los sectores LGBTI-Q, ya que gran parte de ellos se encuentran dentro de la ambivalencia identitaria que plantea el sociólogo Bauman (libertad o seguridad), esta entendida como una fórmula que casi nunca falla en la sociedad moderna actual, ya que debido a las adversidades que viven las personas de los sectores dentro del mundo del trabajo, muchas de estas deben decidir qué desean, libertad o seguridad, la primera entendida como la capacidad de ser él o ella misma, sin repercusiones o sanciones que pongan en riesgo su trabajo, la segunda implicaría limitar o esconder su identidad y con ello su libertad, aquella le brinda más seguridad, ya que se renuncia parcialmente a la libertad por unas condiciones de mayor seguridad y viceversa.

En el caso de una emergencia sanitaria con medidas preventivas como la que nos encontramos, quienes se ven más expuestos son quienes eligieron la libertad, los mismos que son los excluidos de espacios públicos y rechazados en muchos casos por no ser normados, este es el caso las mujeres transgénero que ejercen la prostitución, las cuales pagan su habitación por días, se alimentan en la calle porque no tienen las posibilidades de hacerlo en casa, en estos momentos donde cualquier contacto físico con desconocidos es un riesgo, en este momento quién acude a servicios sexuales o por otro lado, quién garantiza la seguridad de las mismas que tendrán que exponerse al contacto con clientes, será que dentro de las políticas de cuidado de los gobiernos las putas también están cobijadas.

 Los hombres gay y mujeres trans que viven de ser estilistas, los cuales en su mayoría (por no decir todos/as) no tienen seguridad social, ya que en el lugar de trabajo no les cotizan salud y pensión, son personas viven de la producción en masa, pero en tiempos de miedo generalizado el corte de cabello, las tinturas y las uñas no se vuelven prioridad, por ello deben acatar las órdenes de refugio en casa, pero sin la posibilidad de enfermarse, porque a dónde van a acudir o de qué se van a sostener si esto se mantiene por un largo tiempo.

Siguiendo por esta línea encontraremos una gran cantidad de artistas Drag o transformistas, muchos de ellos que se sostienen únicamente del pago de los shows o eventos que los contratan, pero que ahora deben vivir de sus ahorros, estos que generalmente no existen porque la manutención del personaje y los gastos personales diarios, frente al nivel de pago al que acceden no brinda las herramientas para que exista un ahorro o una vida crediticia que permita sostenerlos en tiempos complicados; sin contar a la cantidad de personas que viven con VIH que por sus sistemas inmunológicos son más propensas a ser víctimas mortales del virus. 

Se puede seguir ejemplificando los oficios a los que generalmente esta población se ve casi que “destinada” a ejercer, pero si bien existen muchos grupos que tendrán delicadas situaciones en este periodo, los medios poco reconocerán y resaltarán personas de los sectores LGBTI-Q como muestra de vivencia de esta emergencia, este espacio permite pensar – reflexionar las condiciones desiguales a las que se enfrentan y los riesgos que implica escoger la libertad y la identidad en un mundo que pretende encerrar y homogenizar a sus individuos con la excusa de unas mejores condiciones y posibilidades dentro de los esquemas de lo que es lo seguro y así mismo lo que es aceptado - reconocido.