domingo, 3 de junio de 2012

Educación y Sexualidad

UNA PEDAGOGÍA ESPERANZADORA


La educación sexual está siendo usada como herramienta que juega un papel en la construcción y formación del sujeto en su vida sexual, afectiva y social la cual tan solo busca la normalización y la normatividad en sus prácticas sexo-afectivas.

Educar al sujeto para que no llegue a poseer malas prácticas que lo llevasen a perjudicarse.

Es una herramienta sexista para iniciar la formación identitaria de las personas de su entorno y como un mecanismo de resistencia diseñado para que las generaciones venideras la continúen.


Es la típica percepción concervadora que busca la homogeneización de la sociedad y en este caso de la visión acerca de la sexualidad y del cuestionamiento sobre los roles de género que seguimos, estos se logran por medio de la desnaturalización moral de las prácticas sexuales NO-HETEROSEXUALES o no reproductivas y por la tradición hegemónica e indiscutible de los roles y acciones pertinentes al género, esto lo consiguen usando varias herramientas para su propagación como por ejemplo, el miedo, usado principalmente por la iglesia ya que esta tiende a castigar a quien al incumplir las leyes de lo que es debido y de lo que no lo es, desprestigiando lo que es diferente y únicamente visibilizando a la familia heterosexual monogamica y patriarcal, basada en la noción burguesa de herencia del capital de padres a hijos y en la interpretación bíblica de relaciones de género donde se exponen qué normas seguir por el mandato divino, esto es presentado como único modelo aceptable y seguido por el mundo occidental gracias a la invisibilización de familias o vivencias de relaciones de hogar o de tipo sexual diferentes a esta.
Practicas y métodos de enseñanza seguidas al modelo europeo secuelas estas del colonialismo español a tierras suramericanas donde el catecismo del padre Astete y los manuales de urbanidad fueron los primeros textos enseñados en las escuelas, en los cuales plantean una por una las acciones que son aceptadas y que hay que reproducir, enseñar y corregir a las nuevas generaciones, para que estos “males” sean eliminados.

El niño es educado y corregido si su comportamiento no es el “adecuado” y mucho más si su orientación sexual o su forma de vivir no corresponde  a la “normatividad” del género al que corresponde según lo establecido e impuesto por el sistema.

Hay que pensarnos una pedagogía y una nueva educación que no sea excluyente sino conviviente, en donde las diferencias étnico-raciales, sexo-afectivas  de género y demás, no sean impuestas ni desprestigiadas, una enseñanza en donde nos reencontremos con nuestro nuevo camino civilizador y en donde continuemos conociendo e interrelacionando el epítema indígena, el conocimiento occidental euro céntrico y por ende desarrollar metodologías propias de aprendizaje, una nueva línea epistemológica latinoamericana que no se base en seguir el camino civilizador europeo ni que busque la mercantilización de la educación, ni su manipulación para otros fines.

¡ACTÚA CONTRA EL FASCISMO! 

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