Quiero compartir con ustedes una entrevista que realicé en el marco del proceso investigativo de la Maestría en Investigación Social Interdisciplinaria (MISI) y que tuve la fortuna de contar con los aportes de Laura Weinstein durante el mes de agosto del 2020, agradeciendo de antemano el apoyo a esta gran lideresa y defensora de los derechos de las personas trans en Colombia, quien desafortunadamente ya no se encuentra con nosotros, dejando un gran legado a las generaciones futuras y siendo una inspiración para todo un movimiento.
Con todo respeto, por la madre Laura.
M: Cuéntame ¿A qué te dedicas tú? y ¿Cómo empezó a
concebirse Laura?
L:
Yo soy de aquí de Bogotá y mi primera cercanía con
estás apuestas trans, bueno en ese momento no era trans, porque ese término hay
que decirlo es algo moderno, es más actual, pero me encuentro con las
realidades de las personas travestis que en ese momento vivían sus tránsitos,
cuando yo tenía como 14 años por una situación particular que me encuentro con
estas personas y de ahí empiezo a hacer de alguna manera algo, que yo
no sabía que eso era activismo o reivindicación de derechos o cosas de estas,
tampoco me reconocí como activista, yo vine a reconocer el término activista
desde hace muy poco, pero que no se identifica tanto de pronto con lo que soy,
me gusta más referirme como defensor de derechos humanos y partiendo de esto
pues te puedo contar que ha sido todo un proceso, he estado en diferentes
escenarios, en diferentes espacios y todo con lo que ha tenido que ser con
personas LGBT con un fuerte énfasis en personas trans, sin que esto sea mi la
única apuesta que tenga, también soy una persona feminista, abortista, también
tengo una religión y hago parte por las apuestas de la reivindicación de mi
espacio religioso, por el reconocimiento de las orientaciones sexuales o
identidades de género; el tema de niños y niñas adolescentes, como que hay
varias luchas en mi vida, pero es a grandes rasgos.
M: ¿Cómo llegaste a construir ese nombre de Laura?
L:
Laura siempre fue un nombre que me gustó, es un nombre que para mí – bueno
hasta este momento no sé qué significa – no lo he mirado, no me interesa, pero
creo que tiene que ver más por algo que me parecía bonito, interesante y pues a
partir de eso pues construyo a esta persona, esta subjetividad que evoca toda
una identidad a partir de ese nombre (Laura), que tiene una combinación también
por Frida, pero no por Frida Kahlo, a veces pensarían que lo asocio con ella,
pero no tiene nada que ver, sino que está relacionado con una parienta mía que
se llamaba Frida y que para mí fue muy importante, porque pese a que en ese
momento yo no sabía ni quien era yo, seguramente ella tampoco, igualmente ella
era una persona muy libre y digamos que estaba presente y como que retaba
porque decía: no molesten al muchachito, dejen que le muchachito haga; entonces
a partir de esto decido también recoger este nombre dentro de mi identidad.
M: ¿Consideras que de alguna manera adoptaste algo
de lo que es Frida para poder construirte?
L:
Pues como te digo, no tienen nada que ver con Frida Kahlo, más bien sí es un
homenaje a esa persona que era familiar, que era muy cercana y un homenaje
porque entendía en ese momento que tenía un espíritu muy libre, de todas
maneras, siento que tenía una relación y siempre fui unas cosas a partir de eso
que significan algo.
M: ¿Cómo inició tu proceso de tránsito?
L: Bueno, yo siempre he pensado que los tránsitos no son
estáticos. Los tránsitos son unas construcciones que inician, pero nunca
terminan y partiendo de esto pues creo que yo siento que empiezo mi tránsito
desde muy chiqui, porqué razón, en un primer momento decido vestirme del sexo
opuesto al que se me asignó fue a la edad de 5 años, eso fue un
problema muy fuerte porque mi papá me castigó y demás y eso me demostró que no estaba
bien, eso fue el mensaje que se me mando, que no estaba para nada hacer eso y
eso creaba un sin número de rupturas y de problemas porque yo no sabía qué era
eso tan grave que los podía afectar y de ahí para adelante empiezan a haber
cosas que fueron muy complicadas, porque yo decía lo que iba a hacer siempre,
ahora que soy una loca un poco sería, pero antes era muy loquita, pero eso se
veía mucho en mis expresiones de género y en lo que hacía, yo era un niño, muy
pero muy afeminado y por eso te digo que yo siento que esta construcción de lo
que soy comenzó en un momento y ha transcurrido en mucho tiempo, pero yo
empiezo a fijar está identidad mucho más fuerte a la edad de 20 años un poco
por momentos circunstanciales y empiezo a adoptar algunas características algo
chico-chica como una mixtura, más adelante cuando tenía la oportunidad de
hacerlo lo hacía, pero no fue sencillo; pues creo que no he vivido las
violencias que muchas personas trans han tenido que sufrir, pero también mi
vida ha estado llena de violencias, a mí no me sacaron de mi casa, tuve la
oportunidad de no llegar a los lugares que comúnmente las personas trans
llegan, pero creo que fue porque tenía una pareja que económicamente estaba muy
estable, pero eso también me llevó a un sin número de violencias que hoy las
veo como violencias, en ese momento no las veía como violencias sino como lo
que tenía que hacer para sobrevivir, digamos que era como que: pues él me está
dando casa, como un lugar y yo no estoy en otros espacios que están esas otras
personas, pero me implicaban otras cosas, un maltrato, violencia y como te digo
no lo veía como unas violencias, ese fue un poco como mi trayectoria, pero fijo
mi identidad como más adelante a los veinty pico de años, como 23 o 24.
M: ¿En la actualidad cómo es tu relación con tu
familia?
L: Mi familia no ha sido fácil en este proceso, mi familia
digamos que lo tuve que vivir, lo tuve que experimentar, pero algo que yo he
venido aprendiendo es que no se le impone a nadie y pues si no quieren estar en
mi vida pues yo tampoco estoy en la vida de ellos y ya, no pasa nada pues es
muy lamentable porque nos perdemos la vida de los unos a los otros, pero en
muchos casos nuestra relación se ha convertido de alguna manera en: estas,
existes pero no nos importas. Tenemos una relación como de cordialidad, más
no nos interesa la vida de los otros, claro no puedo hablar de todos tengo
sobrinos que no han tenido problema con el tema de reconocer el tránsito, pero
ya, pero con mis hermanos o familia más cercana padres, tíos la relación no es
tan chévere ha sido más tortuosa; en la actualidad con mi madre ha sido un poco
más fácil.
M: Tu eres una mujer judía y generalmente estas
religiones de descendencia Abrahámica tienen unas posiciones muy radicales
frente a los tránsitos ¿Cómo haces para mediar esto?
L:
Sí, bueno, digamos que es muy curioso que esas cosas se den, yo creo que todo
eso tiene que ver con lo que nos dicen qué está bien y qué está mal porque en
realidad, por ejemplo en el judaísmo se ven y se sabe al menos el Talmud y la
Tora nos habla de 6 géneros, no habla de 2 sino de 6, pero creo que es más
conveniente estar bien con el que está al lado, con el que está allá que
realmente reconocer al otro y la otra, pero creo que por cosas cómodas esto ha
caído como en que no se analiza, no se ve, no se piensa, pero creo que hay una
cosa interesante, yo creo que hay unos conceptos un poco herrados frente al
judaísmo, se han puesto unas posiciones bastante extrañas porque el judaísmo
tiene una gran particularidad, porque una es judía porque la mamá es judía y
ya, el judaísmo se hereda por la madre y no por la madre, pero una vez judío,
judío para siempre, pero tal vez un poco de esto es que tiene la particularidad
en que uno puede pelear con Dios, cosa que no tienen otras religiones, como que
está Dios allá y ya, pero en el judaísmo uno se puede dar el gusto de pelear
con Dios y cuestionar a Dios y decirle pues como que no creo, tanto así que hay
judíos ateos, pero es más como sentir que uno tiene una pertenencia a un pueblo,
pero es más como uno experimenta esa fe, pero eso no quiere decir que
bienvenido usted y su orientación o identidad de género, eso también cuesta
porque terminamos creyendo que uno tiene una fe en este caso, pero hay
elementos culturales, como la proximidad en este caso que nos dice que eso no
está bien y es lo que se asume a las realidades, porque uno puede ser judío
pero es colombiano y entonces eso no quiere decir que la cultura colombiana no
nos permee, creo que eso fue una de las grandes discusiones que han existido
porque en la segunda guerra mundial, en la matanza y el holocausto nazi sucedió
porque precisamente estos judíos que estaban allí se sintieron en algún momento
más alemanes que judíos y entonces creían que porque eran alemanes no iba a
pasar así, pero creo que eso atraviesa por muchas cosas que se puede discutir,
pero como te digo no era fácil, también hay algunos fundamentalistas de la fe
judía que no tienen la capacidad de reconocer y entender estas otras
posibilidades, no porque no existan, porque como te digo en el Talmud aparecen,
pero simplemente prefieren omitirlo y digamos un poco para mantenerlas y eso va
quedando y haciendo daño.
M: ¿Cuáles fueron las cosas más difíciles al
momento de transitar?
L:
Pues todo era difícil, sabíamos que no era fácil, creo que asumir una identidad
en lo privado no hay tanto problema porque al final estoy acá en mi casa, en mi
espacio, en mi lugar, pro para mí de las cosas más difíciles era asumirlo al
salir, creo que era de las cosas más complejas, uno pararse en la calle y tener
que coger el transporte público o tener que coger un transporte y soportar las
miradas, todas esas cosas creo que son lo más difícil, ya con el tiempo uno lo
va superando, pero creo que para mí fue de lo más difícil, tener que
enfrentarme a un mundo que puede que se diera cuenta y qué iba a pasar si se
daban cuenta, eso era como el temor a ser discriminada, a ser
violentada y eso era lo que más se me hacía difícil y también al trasegar
pensar en cómo lo voy a asumir, cómo lo voy a hacer, qué me voy a operar,
digamos que yo tuve tiempo de poder construir también la identidad que quería,
no fue tan forzado de pronto como el caso de unas compañeras que hacen su
tránsito y ya al otro día quieren senos, nalgas o quieren un sinfín; yo si tuve
un tiempito como para pensármelo más, pensar en esa construcción , pero siempre
había temor, pero creo que lo más difícil sí era asumirlo socialmente y en
público.
M: ¿Cómo podrías definir tu tránsito, te asumirías
a una categoría en específico?
L:
Pues eso es muy complejo, yo tengo una reivindicación y creo que las
identidades pasan por muchas cosas, ya que preguntas puedo decir que me siento
como un brócoli, sencillamente eso, así sencilla sin ningún problema, pero
claro eso implica un nombrarme para lograr unas categorías y unas apuestas
políticas, una lucha pese a que estas, me parece, el hecho de ubicarse o buscar
su conjuntico o lugar en donde ubicarse es un poco odioso, deberíamos ser un
poco más humanos, pero como lugar yo sí me reconozco en muchos momentos como
travesti o como transexual, no, yo sé que ahí hay unas pugnas porque una cosa
difiere de lo otro, pero pues digamos por qué transexual, porque sí he hecho
algunas modificaciones de mis órganos sexuales que me ubican, pues digamos “científicamente”
como en esa categoría, pero yo reivindico mucho el ser travesti, el ser
travesti como una apuesta, como una cosa que da un lugar, una apuesta o una
lucha, ese término me reivindica, pero también socialmente quiero ser
reconocida como cualquier otra mujer, pero creo que uno de los problemas – si
te das cuenta - es pensarnos que el ser trans es una categoría fija
o estática y no es así y creo que hay muchas posibilidades de transitar y
reconocerse desde otros lugares.
M: Ya que mencionas que estos tránsitos no son
estáticos ¿Qué consideras que te hace falta o a qué te gustaría poder llegar?
L:
Mira, pues no sé, como te digo no es estático y hoy me siento conforme con lo
que tengo, hoy 2020 en el encerramiento por el Covid a 5 de octubre creería que
no, que ya no le apostaría nada, pero puede que mañana el 06 de octubre del
2020 diga: ¡Ay! Jueputa si me hace falta como una naricita o no sé, como que
otra cosa, precisamente porque no es una categoría fija, el problema creería
que es comparar los tránsitos con la cisnormatividad que sí impone unas
categorías fijas y estables, lo trans es lo menos estable y eso implica todas
las manifestaciones, todas las formas de ser en lo trans, ya que tenemos muchas
formas de transitar.
M: Como tú tránsito se ha dirigido hacía lo
femenino ¿Qué podrías decir de estos tránsitos que se enuncian como queer, no
binarios o de género fluido?
L:
Bueno, (risas), eso para mí son categorías existentes ¿no?, eso no es una cosa
nueva, yo creo que es una cosa que siempre ha existido, simplemente que no se
llamaba, siempre han existido, no es una cosa que uno diga ¡son muy
innovadores!, pues no, hay personas que lo vivían y lo hacían pero
no tenía un nombre, ahora le dieron un nombre y ese nombre creo que también
fija unos lugares o cosas reivindicativas, pero creo que el lugar no es que se
nombran, es reconocer que ha habido unas luchas que han dado todo por eso, yo
creo que eso es un poco de lo que a mí me incomoda en algunos momentos, porque
hay gente que se nombra de alguna manera y pues yo lo aplaudo, pues su manera
de poderse construir, lo que incomoda y te digo nuevamente es que quieran hacer
sentir que el otro es menos valido, que el otro se ha equivocado y eso pasa
muchas veces cuando se crean estas categorías como que: yo no soy binaria o soy
trans no binaria y a mí me preocupa pues que me nombre como trans binaria y es
como que: eres trans no binario, eso quiere decir que las personas trans que
nos llamamos sólo trans o que tenemos otro tipo de construcciones somos
binarias; cuando precisamente las grandes apuestas y las grandes luchas han
sido precisamente por no estar recogidas y acogidas del binario, entonces por
qué es que nos matan, no lo hacen precisamente porque somos binarias sino precisamente
porque rompemos con esas normas, creo que el problema es ese, con que te digas
no binario no tiene nada diferente a lo que ya se ha expresado en algún
momento; hay personas que se han expresado o han vivido una orientación o
identidad de género sin caer en esas normas y lo vemos, no es una cosa de
ahora, hay personas que por ejemplo hace 20 años atrás como Walter Mercado, yo
creo que esa persona encajaría en lo que es una persona no binaria o una
persona queer, no se definía en ese lugar porque ni supimos cuál era su
orientación sexual, pero sí a nuestra mirada actual la encasilláramos
seguramente está sería una persona no binaria, Odría ser una persona queer o
trans, creo que el problema no es la existencia sino la arrogancia que a veces
se tiene de algunas categorías para descalificar otras, yo creo que aquí la
lucha y la apuesta es para que todas y todos podamos existir libre y
tranquilamente. Claro que cuando a parecen otras categorías que no son posibles
porque terminan dañando a otras y otros ya no cabría acá, por ejemplo la
pedofilia y cosas como estas que intentan incorporarse a la fuerza en estas
siglas diciendo que sí hacen parte de unas orientaciones sexuales, pues
lamentablemente no porque esto sí daña y créeme que no van a caber acá, pero otras
subjetividades, otras visiones, otras formas de ser son absolutamente
bienvenidas y se pueden acoger en lo trans, lo trans es lo más amplio que hay,
tanto así que termina siendo todo un abanico de posibilidades.
M: ¿Qué opinión tienes sobre personas nuevas que se
empiezan a asumir desde lo trans en el momento en el que salen ofertas para la
población?
L:
Yo creo que se pueden dar, se pueden estar dando, pero yo creo que aquí hay que
entrar a analizar y mirar hasta qué punto creo en el otro o en la otra, qué
tanto valido, yo creo que nos quedaría muy feo que se nos califique a nosotros,
pero intentar descalificar al otro, yo creo que sí hay que tener una mirada de
prudencia frente al cómo se hacen estas cosas, porque si alguien tienen un
interés pronto pues tiene que dar un interés de eso, no solamente se está
engañando a sí mismo sino que engaña a otros para tener beneficios propios, yo
creo, que eso es muy lamentable, pero pasa en la naturaleza humana y es querer
apropiarte de unas agendas o derechos particulares, pero sí creo que hay que
hacer un análisis del cómo ha sido la historia, cuál ha sido y quiénes han
estado, porque no es lo mismo si tu vienes a decirme que tu eres una mujer,
pero tienes una apariencia masculina, que no haces ningún tipo de tránsito,
nunca te veo en algún espacio reflejando tu tipo de identidad, pues yo sí te
pediría que aunque te nombres y pidas un reconocimiento de tu identidad, sí
debe entenderse que hay unas voces que han vivido, han sentido de manera
diferente y hay que darles prioridad, es decir, no es lo mismo una persona que
no asume una identidad corpórea y en su vida no se ve expuesta a las violencias
o a la discriminación, que una que precisamente por su identidad sí ha tenido
que sufrir; las posibilidades están y no podemos decir o negarte la posibilidad
de existir porque tienes todo el derecho de existir y ser como quieras, pero si
hay que tener claro que hay unas y unos que se exponen más a las violencias de
unas formas muchos más fuertes, no vamos a quitarles su lugar sino por el
contrario vamos a darles el lugar que debe ser.
M: Ya que consideras que es fundamental asumirlo en
público ¿Qué opinión tienes sobre estas personas que se llaman así mismos como
travestis de closet?
L:
Creo que son absolutamente validas, yo no puedo desconocer o invalidar el
tránsito de una persona, sé que muchos momentos no lo pueden vivir, ser una
persona trans es exponerse a muchas cosas, es no tener un trabajo, es no tener
un lugar donde habitar y no creo que muchas personas quieran exponerse a ese
tipo de cosas más cuando algunas de estas personas que se denominan trans de
closet tienen un trabajo, una familia, están casados o casadas, dependiendo el
rol que asuman, es válido tampoco no querer asumirlo en público y el
reconocerlas, creo que no se trata de deslegitimar su construcción identitaria,
sino de poder entender que las posibilidades son diferentes y se dan de manera
distinta.
M: ¿Sientes que has perdido algún tipo de
oportunidades por tu proceso de tránsito?
L:
Claro, o sea, yo cuando quise estudiar trabajo social estuve un tiempo en la
Universidad y no pude culminarla porque precisamente no había podido hacer mis
cambios en los papeles, porque físicamente sí, esto pues los rectores me enviaron
una carta en la que decía que ya no podían seguir llamándome por mi nombre
identitario, sino que necesitaban por mi nombre jurídico y pues eso es ponerme
en evidencia con un nombre que puede que algunos conozcan, pero no es con el
que quiero ser llamado y esto me llevo a alejarme de la academia, así en
diferentes espacios, el hecho de tener que explicarle a medio mundo tu
existencia te pone en un lugar distinto, cuando voy al médico y te llama o tú
le cuentas, deja de existir quien eras y se convierte en otra o por ejemplo
cuando vas y tienes que explicarle que no solamente vas por ser trans sino
porque también vas porque te duele una muela o un pie, los médicos a veces no
lo entienden o no quieren y se limitan a que es una cosa y punto.
M: ¿Haces parte de alguna organización social o
comunitaria LGBT?
L:
Sí, hago parte de una organización de base comunitaria que se llama el GAAT que
es una organización que lleva trabajando hace un tiempo por la reivindicación
de las personas trans y nosotros allí llamamos experiencias de vida trans
precisamente por todas esas posibilidades que existen y esos espectros que hay
de transitar en el género.
M: ¿Qué cosas en particular hace el GAAT?
L:
Trabajamos en diferentes líneas, esas líneas tienen como otros trabajos, el primero
tiene que ver con todo el tema de apoyo es decir el trabajo con familias, el
trabajo con las personas con experiencias de vida trans, también tenemos todo
un tema de prácticas y hay practicantes que nos ayudan con la labor que estamos
desarrollando, nuestra segunda línea tienen que ver con la incidencia política
y las transformaciones culturales que tiene que ver tanto en los lugares que
hay que incidir como el cambio de leyes, pero también va con lo social porque
si una cosa no va con la otra no logramos avances y en este caso por el
reconocimiento de las personas trans, allí tenemos cosas como embajadoras trans
por la paz, que lo que hace es que son personas trans que van a diferentes
escenarios que van a hablar y quienes vamos también tenemos allí toda la parte
jurídica, el observatorio de medios y violencias, ya nuestra última línea tiene
que ver con la participación de manera asertiva y esto quiere decir que
generamos acciones que van encaminadas a entender que las personas trans
también creamos conocimiento que se puede articular con la academia y demás,
como que trabajamos conjuntamente para generar acciones de conocimiento y todo
esto está atravesado por el tema de los derechos humanos.
M: En los últimos años se ha venido transformando
el escenario de la movilización social, ya no sólo existe la tradicional marcha
LGBT, sino que hay una nueva movilización que se llama la marcha trans ¿Qué
representan y las diferencian para ti?
L:
Bueno, yo creo que todo se da a partir de una separación y de unos
reconocimientos y es que las personas trans muchas veces no nos hemos sentido
representadas en lo LGB y eso hay que decirlo, tanto así que por mucho tiempo
se hablaba de Stonwell y parecía que habían sido hombres gais dándose una pelea
y una apuesta allí, todavía se sigue hablando de la marcha del orgullo gay,
entonces si te das cuenta eso ha logrado invisibilizar muchas luchas, dentro de
eso la lucha trans y creo que a partir de no sentirse acogida las personas
trans en ese espacio deciden fomentar otras maneras de poder marchar y se hace,
precisamente, en una zona aquí en Bogotá que es una zona donde hay la mayor
cantidad o presencia de personas trans y eso manda un mensaje y es que se
necesitan espacios donde las personas trans puedan manifestarse y levantar la
voz, que puedan decir que aquí estamos, existimos y esta es nuestra realidad y
creo que esto de alguna manera puede sonar separatista, pero esto es un fuerte
llamado porque quiere decir que en algunos momentos no hay voces que han
sentido que son acogidas.
M: El tema médico es importante, especialmente para
ciertos tránsitos por procesos que se realizan, siendo así ¿Qué opinión tienes
sobre el dictamen de disforia de género?
L:
Bueno, creo que todos estos temas tienen que ver con un tema de patologización,
que son otros diciendo quién eres o cómo debería ser, encima de eso a partir de
sus miradas o lo que expresan y sienten que no tienen que ver siempre con la
realidad de las personas trans, entonces digamos que en este sentido todo lo
que es patologizante resulta dañino, porque es meterte en unos test que te
dicen que tienes una enfermedad y las personas trans no tienen ningún tipo de
enfermedad, creo que sí llegamos a enfermarnos claro y la enfermedad es el
producto de la discriminación, la violencia y todas estas situaciones que se
ven sometidas por su construcción identitaria, creo que esto de la patología es
muy malo porque son otros diciendo qué es lo que tienes que ser; pero yo creo
que también llama un poco la atención porque es un sistema que ha querido
normalizar y no entiende que la realidad de las personas trans son muy
diferentes a las realidades de las personas cisgénero, porque por mucho que tu
quieras ser una persona cisgénero no lo vas a ser, eres una persona trans y
estos cuerpos trans y estas realidades también merecen vivir como deseen, pero
también pueden normalizarse si así lo quieren entendiendo que nunca vas a ser
eso que a veces se esperaría que llegarías a ser, pro es un poco respetando
eso, pero a su vez entenderse que necesitamos unos acompañamientos médicos,
pero no porque estamos enfermas y decir que esto de la patologización de las
identidades trans ha sido muy cómodo para la realidad de algunas personas
trans, cosas que deberían garantizarse por derechos pero que no se garantizan
por derechos sino por la patologización.
M: ¿Qué otros elementos a parte de lo estético eran
fundamentales en tu tránsito?
L:
Habían unas necesidades propias, cómo quería sentirme, cómo quería verme o cómo
quería expresar este género, porque en esos primeros momentos iniciales los
únicos referentes que se tienen son las mujeres cisgénero, en algunos casos,
antiguamente ahora hay muchos más, el hecho que tengamos redes sociales y todo
este ch uchu ha permitido visibilizar nuevos referentes, pero en la época en
que yo empecé a realizar el mío eran mucho menos, era mucho más complejo y los
referentes que teníamos era la belleza corporal, estética, una belleza que
decía cómo teníamos que ser, ya en este momento digo, esa no es la manera como
yo quisiera verme, porque entendí que las construcciones tanto de la feminidad
como de la masculinidad no son completamente hegemónicas, por el contrario son
diversas, nos encontramos con un hombre por más que se asuma así, no se va a
parecer a otro, porque tienen construcciones de la masculinidad diferente y la
identidad que tienen es distinta, aunque se llamen hombres, eso hablando de la
identidad de género.
M: En tu proceso de tránsito ¿Cuál consideras que
han sido tus mayores gastos para poder realizarlo?
L:
Pues todo ha sido un gasto, cuanto procedimiento estético que te puedas hacer
implica un gasto, porque en muchos casos los sistemas de salud no los cubre, lo
que debería de cubrir no lo cubre, esto te lleva a que tengas que gastar de lo
que tienes para lograr conformar esa construcción identitaria y muchas de estas
cirugías que me he hecho he tenido que pagarlas yo.
M: ¿Qué cosas no cubre el sistema de salud?
L:
Deberían cubrirlo todo, pero se escudan que las construcciones identitarias no
tienen que ver con procedimientos estéticos, lo cual no es real, una cosa es
que yo tenga una nariz y me la quiera operar para que se vea más bonita, pero
otra muy distinta es para fijar una identidad, porque se relaciona con el cómo
me siento y me estoy más a gusto con lo que soy, allí no es un tema de
estética, eso es uno de los grandes problemas que tenemos y una de las grandes
apuestas que tenemos las personas trans, es precisamente el tema de la salud y
es un tema que siempre sale a relucir en todos los escenarios, en todos los
espacios, esto porque en parte la identidad la construimos mediante un sistema
de salud.
M: ¿Piensas que el trabajo sexual se ha convertido
en un medio o requisito para poder hacer el tránsito?
L:
No, yo no creo que con un tránsito sino con el lugar que te pone el hecho de
hacer un tránsito, no es porque tú digas que para ser una mujer trans necesito
ser trabajadora sexual, yo creo que es una realidad que no se puede negar;
cuando una tiene la posibilidad de tener un trabajo en condiciones dignas o
formar uno como cualquier otro, hace que los únicos espacios laborales que
tengas es el trabajo sexual, eso ha pasado con las personas trans y yo creo que
es importante hablar del tema del trabajo sexual, pero entendiéndose como un
lugar histórico que se ha puesto a una población para poder sobrevivir, pero
que no está mal, porque la persona que quiera estar ahí lo pueda hacer, pero
que no sea la obligatoriedad que es lo que ha venido pasando desde siempre,
porque es un lugar que te ha puesto la sociedad y demás porque no es capaz de
garantizar realmente los derechos.
M: En este momento eres la consultora consultiva
por personas trans frente a la política pública LGBT ¿Qué consideras que esta
política pública les ha aportado a las personas trans que antes no existía?
L:
Primero que todo quiero decirte que yo llego a la política pública como
consejera consultiva casi que por sugerencia de la misma población trans porque
yo no quería serlo, a mí nunca me interesó estar en eso, el consejo consultivo
era algo que no quería hacer, pero en vista de que nadie quería hacerlo y la
única persona que estaba allí había decidido dejarla y las personas me
proponen, como hagámoslo, láncese y entro a hacer parte del consejo actual de
la política pública y quiero contarte que el hecho que exista una política
pública en una ciudad como Bogotá permite unos espacios de reconocimiento, unos
espacios de saber que existe una población que tienen unas necesidades
específicas que precisamente lo que hacen las políticas públicas es intentar resolver
algunos problemas sociales que hay dentro de una comunidad, en este caso con
las personas LGBT y como lo estamos hablando de las realidades de las personas
trans, yo creo que eso es muy importante porque se reconoce que hay una
problemática y hay una población que necesita ser beneficiaria de unos derechos
y de unas garantías y eso pasa con las personas trans; otra de las cosas que me
parece muy importante es que se vea la necesidad de parte de una ciudad como
Bogotá y sus instituciones en comenzar a poner en evidencia unas necesidades
que como población tenemos y darles una respuesta, si nos damos cuenta es saber
que hay una población y debe haber un compromiso por parte de las instituciones
de mejorar las condiciones de vida de esta población; entendemos que eso no es
tan rápido como quisiéramos, la política pública lleva 12 años, pero el hecho
que exista una línea base que diga que las personas trans se han sentido
discriminadas, que no tienen salud, entonces ya es una muestra y es muy
valioso. Por otra parte es que existen espacios de representación como el
consejo consultivo, con una representación de persona trans, eso ya fija unos
espacios representativos, que en lo local existan unos liderazgos que se están
fortaleciendo a partir de instituciones y eso creo que permite unos avances
importantes, que nos falta muchísimo para una política pública que garantice
todo lo que queremos, pero sabemos que eso es lento y también pasa por unos
temas de interés, no es lo mismo cuando un alcalde es realmente pro a otro que
no le importa, no está en contra pero que tampoco le importa o hay otros que
son de mantengamos algo como para que no digan nada, pero sí creo que todo esto
va desde unas voluntades políticas, pero el hecho que se reconozca y existan
unas personas trans y podamos habitar escenarios que antes no, muestra que ha
servido su existencia.
M: ¿Qué aspectos consideras que no se han
contemplado para las personas trans en esta política pública LGBT?
L:
Hay varios temas, yo creo que tiene que ver con el conocimiento y efectivo goce
de los derechos de las personas LGBT, que las instituciones – todas – estén en
función de la política pública, no solamente se les mandara la pelota a ciertas
como diversidad sexual, ya ese título es para que entiendan que es con esa
gente, subdirección para asuntos LGBT pues lógicamente, en el IDPAC que tienen
una gerencia de mujer y género o una cosita por el estilo que suena como medio
raro, entonces tendrán que ver con esa gente, pero no, es entenderse que
realmente todos los sectores que componen el gobierno distrital deben estar en
función realmente de atención a la población LGBT y trans y que no sea como el
no sé cómo atenderte; sino que todos los funcionarios estén en la capacidad de
entender y ofrecer una oferta institucional sin importar si te reconoces o no
como una persona LGBT o que no sean siempre X o Y los que tienen un enfoque
para la población; claro hace falta mayor garantía en el tema de salud, en el
tema de educación , en el tema de vivienda como por nombrar algunas, todavía
dentro de la secretaría de la mujer aunque hacen un esfuerzo valiosísimo, pero
todavía falta reconocerlo en esos espacios, la existencia de las mujeres trans
y el lugar que tienen, pese a que no puedo desconocer que hay avances importantes,
pero falta todavía.
M: ¿Crees que la política pública y las
instituciones ha tenido un enfoque asertivo para el manejo con personas trans?
L:
Pues es algo muy complejo, porque no podemos hablar de toda la
institucionalidad en sí, en algunos sectores puede que haya un interés por este
cierto tipo de población, pero puede ser que otras no la tengan o está
envolatado un poco, esto también tiene que atravesarse también por un tema de
voluntades y de reconocimiento de derechos y creo que eso ha pasado mucho, que
creen que esas personas LGBT son demasiado cansonas porque piden muchas cosas,
pero es que son cosas que no hemos tenido, que no se nos han otorgado, que no
podemos ver tangibles en nuestras realidades y es necesaria una incorporación
de todos estos sectores para mejorar la calidad de vida de las personas trans
en este caso.
M: ¿Crees que la política pública ha priorizado a
algunos tipos de tránsitos sobre otros?
L:
No, yo no creo, es ver a toda esta multiplicidad y es que creen que quienes
tienen esta misionalidad de atender a la población son quienes seguramente son
más relevantes o más notorios, pero no ven que es una responsabilidad que tiene
que ser de todos los sectores.
M: Ya que cada tipo de tránsito es distinto y
tienen unas necesidades particulares ¿Qué consideras que es fundamental
ofrecerle a cada uno y que en este momento no existe?
L:
Yo creo que aquí el problema es que se ha pensado a la población trans como una
masa homogénea, lo mismo pasa con lo LGBT que creen que todos son iguales y
cada uno tiene una necesidad específica, ahí radica el problema de no entender
las diferencias, ya que si tienes un tránsito de X o Y manera, entender que se
necesita un enfoque diferencial; yo sé que muchos dirán es que esta gente sí
que es muy complicada, pero es que esa es la realidad, porque todas y todos no
queremos lo mismo, todas y todos no nos identificamos de la misma manera, todas
y todos vivimos los tránsitos de manera similar, hay que dar una respuesta
dependiendo de los casos, eso no quiere decir tampoco que seamos tampoco tan
múltiples como para que no existan algunas respuestas, pero sí creo que es
necesario unas necesidades básicas que deben ser cubiertas, como la educación,
la salud, el trabajo, la vivienda y la movilidad.
M: Si tu pudieras pedir una acción específica que
en este momento no exista para las mujeres trans por parte de la política
pública ¿Cuál sería?
L: Uy como escoge uno con tanta necesidad, eso es muy difícil, pero yo le apostaría al tema de la salud, de unos espacios seguros donde puedan ser atendidas dentro de su integralidad, ya que son personas integrales que necesitan no solamente atención hacía sus cuerpos sino hacia sus mentes y esto implica un abordaje en entenderse las necesidades psicosociales que tienen las personas trans y que eso también hace parte del tema de salud, porque es que el tema de salud es muy grande e implica muchísimas cosas, la salud no es solamente estar sano sino estar en espacios sanos entonces tener una vivienda apropiada, ventilada en un lugar apropiado, es decir todas estas cosas, porque la salud implica muchas posibilidades y yo le apuntaría al tema de salud, no sólo como una atención humanizada sino como una atención realmente integral respondiendo a los temas de salud que tienes las personas trans, eso sería a los que yo le apostaría.